El gobierno en minoría (1996–2000)


Las elecciones generales de 1996 fueron ganadas por el Partido Popular. (PP: 38,79%; PSOE: 37,63%; IU: 10,54%..) Pero al obtener sólo una mayoría relativa, la investidura de José María Aznar como presidente del gobierno necesitó del apoyo de los partidos nacionalistas (CiU, PNV y Coalición Canaria).

La acción del gobierno del PP en su primera legislatura se orientó a dar una sensación de continuidad y alejar los temores de que el retorno de los conservadores podía suponer una involución democrática. Quiso continuar con una política social que asegurase el Estado del Bienestar, inició un diálogo con los sindicatos y una aproximación a los partidos nacionalistas, de los que dependía la estabilidad del gobierno.

Sin embargo, se produjo un progresivo agravamiento de la cuestión vasca debido al incremento de las acciones terroristas de ETA y a la crisis de las relaciones entre el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Popular, que supusieron la rotura de los pactos de Ajuria Enea. El PNV y la izquierda abertzale firmaron el pacto de Lizarra, exclusión de los no nacionalistas. De esta forma se acentuó la polarización de la política vasca.

En política internacional, el objetivo prioritario fue la consecución de la integración monetaria de España en la Europa del euro. Además, en el año 1997, España se integró en la estructura militar de la OTAN.

Quizá la reforma de mayor trascendencia de la primera legislatura del gobierno de José María Aznar fue la supresión del servicio militar obligatorio y la creación de un ejército profesional, que se vio favorecida por el fin de la tensión bélica entre los bloques.

Una favorable coyuntura económica

La buena coyuntura económica de Europa y el éxito del proceso de incorporación económica y monetaria a la Unión Europea permitieron que España iniciara una etapa de expansión.

A partir de 1986-1987 la economía española alcanzó unas cotas de crecimiento anual del 3% y la producción industrial aumentó más rápidamente que la de sus principales competidores. Todo ello posibilitó la creación de empleo y el descenso del paro, aunque España es el país con la tasa de desempleo más alta de la UE (la UE quince miembros)

Para solucionar el problema del paro se han hecho reformas de la contratación laboral, que han comportado el crecimiento del empleo temporal y precario. También se ha seguido una política de privatización de empresas públicas, que ha originado la oposición de los sindicatos.

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