La consecución de la democracia vino acompañada de cambios sociales que permitieron organizar la sociedad española a semejanza de los demás países europeos.
Gracias a que la Constitución garantizó las libertades fundamentales (de pensamiento, de asociación, de opción política y de religión), los españoles fueron libres para afiliarse a partidos, sindicarse, agruparse o asociarse libremente en función de sus ideas y con el único límite del respeto a la ley.
La Constitución garantizó también el derecho a la libertad de información. El mundo de la cultura (literatura, cine, teatro, artes plásticas...) y de prensa recobró el derecho a la libertad creativa y de expresión. Así, desapareció el sistema de censura previa y se liberalizó la información en radio y televisión. El periodismo cobró un papel relevante en la construcción y consolidación de la democracia española.
Se despenalizaron los anticonceptivos, las relaciones extramatrimoniales y la homosexualidad. También se reguló el divorcio y, ya bajo el gobierno socialista, se promulgó una ley sobre el aborto.
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