Concepto de ciudad

El concepto de ciudad se puede definir teniendo en cuenta varias variantes:

Variante Cualitativa: una ciudad se considera urbana o no dependiendo del número de habitantes que la formen. Siendo superior a esta cifra un municipio urbanizado y siendo más baja de esta cifra un municipio rural.

Variante Cuantitativa, atiende a su vez a varias variantes:

  • V. Morfológica: atiende al aspecto formal de la ciudad. Viene dado por un población concentrada, al aumento de la demografía, a la edificación y a la población, y si predomina la vivienda colectiva y en altura.
  • V. Sociológico: existe una gran diferencia entre municipios urbanos y rurales. En la zona urbana la relación entre individuos es impersonal y anónima, lo que se contrapone a la zona rural que las relaciones sociales están más controladas y son más homogéneas.
  • V. Funcional: el predominio de actividades industriales y terciarias, pero no primarias.
  • V. Espacial: indica la influencia de un núcleo demográfico con su entorno. Ej: Madrid tiene influencia con Córdoba puesto que los cordobeses tendrán que ir a Madrid por ejemplo si se quieren operar de cáncer puesto que en la comunidad madrileña hay la suficiente especialización y equipamiento necesario.

Karl Marx (1818 - 1883)

Biología:
Nacido en Alemania en 1818, estudió en la universidad de Berlín. Más tarde se marchó a París donde entró en contacto con las ideas socialistas y comunistas, y además donde conoció a Bakunin y Engels. Más tarde se marcha a Londres donde morirá en 1883.

Obras más destacadas: "La Sagrada familia." "La Ideología alemana." y "El manifiesto comunista."

Su filosofía, rasgos generales:
Es considerada una filosofía de crítica bajo un punto de vista socio-económico y en una época específica. Además, se considera una reacción al ambiente filosófico dela época, dominado por la filosofía de Engels y sus derivados. Pero esto no solo queda ahí, sino que Marx pretende que su filosofía sea el punto de partida para la transformación del mundo, ya que durante muchos años se ha estado analizando el mundo pero no haciendo nada al respecto.

El Humanismo de Marx:
El ser humano, al igual que todos los seres vivos, tienen unas necesidades materiales básicas que deben de satisfacer y que nacen como respuesta a la supervivencia tanto del individuo como de la especie. A diferencia del resto de los seres vivos, los humanos pueden satisfacer dichas necesidades trabajando la Naturaleza, o como lo denominaba este filósofo,humanizando la Naturaleza.  De este modo, Marx se introduce en el tema del trabajo que es imprescindible para el hombre, puesto que lo forma en la sociedad. El hombre es un conjunto de relaciones sociales.

Pero esto no deja de ser una interpretación de una sociedad y economía de una época determinada. Marx, iniciará una dura crítica contra las condiciones de vida y laborales de los trabajadores que consiguen que el trabajo se considere alienable.

Con esto último nos introducimos en la cuestión: ¿Qué es alienable? Pues Marx, analizó este término y sus sinónimos llegando a la conclusión de que el ser humano considera "algo extraño" tanto la actividad humana como sus resultados. Aparece en su obra "Manuscritos de Economía y Filosofía."

Podemos clasificar la alineación en cuatro tipos:

Alineación laboral: trabajar es algo propiamente humano en el que se formael hombre en la sociedad y como propio individuo al desarrollar todas sus capacidades en el proceso. Pero el la realidad histórica que se está viviendo, el humano tiene que seguir unas pautas de acuerdo con el capitalismo burgués que consigue que se haga "algo extraño" para el hombre la propia actividad laboral. Se puede sentir ajeno o extraños en la actividad respecto:

Al producto: en el mismo momento en el que estes producto laboral no le pertenece a él sino a otros, este producto aparece ante el trabajador como algo "extraño y ajeno". A cambio, recibe una salario mísero que le alcanza únicamente para la subsisitencia. Mientras, el capitalista recibe la mayor parte de beneficio, plusvalía, siendo esto un auténtico robo y explotación aunque esté permitido por la ley.
A la actividad laboral: los más propiamente humano es el trabajo y se encentra "extraño en él y lo considera como una actividad inhumana, siendo las actividades propiamente de animales como comer, dormir o beber, las actividades que les causa placer o que se sienten satisfechos. La causa principal de esta situación es que el trabajador es considerado como una simple herramienta para el proceso productivo y para poder producir mercancías, siendo el humano una simple mercancía más.

Alineación social: el hombre se ve a si mismo y al resto de los hombres como miembros de clases sociales contrapuestas y enfrentadas, el trabajador se ve como un explotado laboral por el capitalista, el que explota a sus trabajadores.

Alineación jurídica y política: El trabajador ve algo ajeno a ello las medidas que se toman en esa época puesto que solo responden al interés del capitalista.

Alineación religiosa: La religión es producto de la imaginación del hombre que lo crea como escape ante este mundo de sufrimiento. Es el opio del pueblo que adormece y evade a sus fieles, pero al adormecerlos, bloquean la parte de su mente que lucharía contra las injusticias y así acabar con su sufrimiento.

El materialismo histórico y el materialista dialéctico:
Se defiende la concepción de que la concepción materialista de la realidad es lo único real, puesto que la materia lo es y que a partir de ella surge la vida, el ser humano. Pero esta realidad se ve sometida a un proceso de transformación dialéctica, el materialismo dialéctico.

El materialismo histórico es la explicación marxista de la historia. Aparece en su obra explicado: "La sagrada familia". Sus tesis principales son:

a) La Historia de la Humanidad es una sucesión de épocas, sociedades o formaciones sociales:

  • Formación social asiática occidental.
  • Formación social antigua.
  • Formación social medieval.
  • Formación social burgués.

b) Cada época histórica tiene una serie de rasgos en la producción de la vida material que hace diferenciar dos elementos:

  • Las fuerzas productivas materiales: son el conjunto de medios de producción, incluidos el ser humano que utiliza la fuerza de trabajo para producir determinados bienes.
  • Las relaciones de producción: las relaciones sociales que se establecen entre los hombres que participan en el proceso de producción, distribución y reparto de los bienes materiales. Relaciones que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los productores directos en el proceso de producción. La esclavitud, la servidumbre o el trabajo asalariado son ejemplos.Y esto da origen a la formación de clases sociales antagónicas y opuestas: la clase social dominante o explotadora y la clase social dominada o explotada.
c) El modo de producción existente en una época o sociedad determina o condiciona el entramado jurídico, político y cultural de la época o sociedad.


Podremos estudiar ese apartado con la frase: 

"La infraestructa condiciona y determina la superestructura"

La infraestructura es la estructura económia de la sociedad, el modo de producción de la vida vigente en una época o sociedad.
La superestructura es la estructura jurídica, política e ideológica de una época determinada. Se refiera con esto a la política e ideas que impera en una época determinada.

El término ideología hace referencia al sistema de ideas mediante el cual los seres humanos de una determinada época se representan el mundo: siendo las más importantes representaciones ideológicas la filosofía, arte y religión, que aparentemente pretenden reflejar objetivamente lo que la realidad es, pero en realidad lo que hacen es reflejarla y escribirla de una manera falsa y deformada y ello es así porque en el fondo disfrazan y ocultan las relaciones económicas existentes y son un instrumento utilizado por la clase dominante para justificar su dominio. 

Según Marx, la clase dominante no solo tiene el control de los medios de producción que intervienen en el proceso productivo. sino que también tienen los medios de control y producción de las ideas y de la cultura, por lo que las ideas que en una época determinada dominen serán las que la clase dominante quiera que dominen.

Entre infraestructura y superestructura existe una relación de condicionamiento. El tipo de leyes, el tipo de instituciones políticas y las formas de conciencia social existentes en un momento dado está condicionado por la etapa económica que se viva. "Dime qué modo de producción está vigente en una sociedad y te diré qué superestructura tiene".

La relación entre estructura y superestructura ideológica se ha prestado a numerosos malentendidos. Pero el propio Engels y Marx reconocen que en la frase se pasaron y dieron más peso a la actividad económica que era debido.

d) La transición de una época histórica o formación social a la siguiente tiene su explicación en el hecho de que el modo de producción vigente entra en crisis.

e) El motor de la historia es la contradicción entre las fuerzas productivas materiales y las relaciones de producción y esta contradicción  se manifiesta en la lucha de clases.

f) La llegada del comunismo. 

Esquema de la dictadura de Primo de Rivera.

Presentación:

Primo de Rivera junto con su ejército realiza un Golpe de Estado que acaba en victoria.
Los motivos que llevan a hacerlo es el estado de decadencia del Gobierno y la incapacidad de políticos de solucionar problemas.
El rey le manda formar un Gobierno ante la renuncia del Jefe de Gobierno Prieto porque este se negó a castigar a los militares revolucionarios.

Directorio Militar:

  • Se crea un Directorio militar que durará desde 1923 hasta 1925 y servirá como gobierno consultivo de Primo de Rivera.
  • Realiza una serie de medidas: Elimina las Cortes, las Diputaciones, los poderes de los funcionarios en los Ayuntamientos, la constitución de 1876. Prohíbe las manifestaciones del 1 de Mayo, limita las libertades de prensa y sustituye a gobernantes civiles por militares.
  • La política centralista se contrapone con los nacionalistas catalanes que han sufrido la encarcelación del presidente de su Mancomunidad, la disolución de esta institución y la prohibición de expresar su cultura en un ámbito público.
  • Sotelo, el que dirige el Directorio -militar decide crear un Estatuto municipal y provincial en el que se crean más Ayuntamientos para que fuera posible satisfacer los servicios de la población.
  • Se crea la Unión Patriótica para que Primo tuviera más apoyos y así crear la Jefatura Nacional y la Junta Directiva.
  • Ante el problema de Annual y la guerra de Marruecos que tiene en contra a toda la opinión pública y dividido al ejército, se exige al dictador que haga algo, pero no hizo falta porque el general rifeño atacó a la parte de Francia provocando la alianza con España y la derrota del rifeño.


Directorio Civil:

  • Primo crea esta institución con la intención de institucionalizar el régimen y poder dejar a las futuras políticas introducir mejoras económicas y políticas.
  • Se crea una Asamblea Nacional con la intención de crear una constitución y después de obligar al rey a firmar un plebiscito, se crea la Asamblea pero el resultado es un fracaso puesto que quería realizar un Estado en el que no hubiera división de poderes, una sola cámara y el rey tuviera muchas libertades legislativas y ejecutivas.
  • Durante la dictadura de Primo tuvo lugar un boom económico mundial. El dictador permitió subvenciones a la armada, creación de obras públicas, la creación de monopolios por la intervención del Estado y un conflicto entre Primo y capitalistas extranjeros que se llevaban los beneficios a su país.
  • Ante la Deuda pública se intentó una reforma fiscal pero fue un fracaso debido a la contraposición de la oligarquía.
  • Primo seguía sin implantar una Constitución lo que provocó su declive y la presión de movimientos tanto por su derecha como por su izquierda.
  • PSOE y UGT se marcharon del Gobierno de Primo debido a el inevitable declive de Rivera.
  • Se formó la Alianza Republicana (Unión Republicana + Partido Republicano Catalán + Partido Republicano Radical) con un programa en común: importancia de la educación, fin Guerra de Marruecos, volver a establecer Cortes y crear una Constitución)
  • Los estudiantes convocaron una huelga, organizados por la FUE y unidos con la Universidad Central de Madrid, no tuvieron eco en el Gobierno.
  • Cuando arrestaron al líder de estos, se convocó una huelga general con mucha más agresividad y se terminó con el cierre de la Universidad.
  • Al verse arrastrado el rey por Primo, decidió aceptar su dimisión y poner a Berenguer como nuevo jefe de Gobierno.
  • Berenguer no tuvo respaldo popular aunque su misión era crear un Gobierno dirigido a la democratización y creación de Constitución.
  • Los viejos republicanos y los conservadores realizaron el Pacto de San Sebastián con el que crearon un comité ejecutivo y pusieron la fecha del golpe de Estado para el 15 de diciembre de 1930.
  • El general Galán y Hernández se adelantaron a la fecha y ocuparon Jaca donde tuvieron éxito pero cuando se abrieron a Huesca la falta de apoyo, las malas condiciones climáticas y la falta de munición les condenaron al fracaso haciendo que fueran arrestados y fusilados.
  • En Madrid, Mola prohibió el Gobierno Provisional y arrestó a todos sus dirigentes.
  • No tuvo éxito el intento de Golpe de  Estado que estaba previsto para el 15.
  • Ante el encarcelamiento de sus dirigentes y la censura de la prensa, se creó una huelga general que hizo que el rey sustituyera a Berenguer por Azaña.
  • Azaña creó unas elecciones municipales y ganó la República en las ciudades, donde había mayor dinamismo político por la población.
  • El 14 de Abril de 1931 se proclama la república en Madrid.

La transición a la democracia

La primera etapa de la transición del franquismo a la democracia (1975–1978) abarcó desde la muerte de Franco hasta la promulgación de la Constitución y la segunda (1978–1982) se prolongó hasta la consolidación de la alternancia política, con el ascenso al gobierno del Partido Socialista Obrero Español.

El panorama político español de la década de 1970 presentaba tres alternativas:

1. Los que defendían la continuidad del régimen sin Franco.
2. Los que apostaban por una reforma de las instituciones franquistas que culminase en la democratización del sistema.
3. La oposición antifranquista se inclinaba por la ruptura con el pasado dictatorial y la construcción de un nuevo sistema político democrático.

El inmovilismo del gobierno de Arias Navarro

El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey. Continuó al frente del gobierno Carlos Arias Navarro, quién incorporó a su gabinete a los reformistas Fraga Iribarne y José Maria de Areilza. De este primer gobierno de la monarquía se esperaba la aceleración de las reformas, que conducirían a la democratización del sistema político español. Pero el programa político de Arias apostaba por el continuismo franquista y su planteamiento reformista era del todo insuficiente

Movilizaciones populares

Para presionar a favor de una alternativa democrática, la oposición definió un programa común para todas las fuerzas antifranquistas. La Junta Democrática (PCE.....) y la Plataforma de Convergencia Democrática ( PSOE...) se unieron en la Coordinación Democrática (conocida popularmente como la Platajunta). Sus objetivos eran: iniciar un proceso constituyente, constituir un gobierno provisional, convocar elecciones generales, conseguir un sistema y libertades democráticas junto a amnistía para los presos políticos. Las movilizaciones del invierno de 1975-76 adquirieron una dimensión desconocida. En Cataluña y País Vasco se promovieron huelgas generales La situación se hizo explosiva en Euskadi. En Vitoria, una huelga general de la industria se prolongó durante dos meses. La dura represión y los continuos atentados de ETA agudizaron la tensión hasta que, el día 3 de marzo, cuando más de 5.000 obreros celebraban una asamblea en una iglesia de la ciudad, el nerviosismo de la policía terminó con un tiroteo contra los concentrados. Murieron 5 obreros y hubo un centenar de heridos. En los días siguientes, Vitoria fue un auténtico campo de batalla. En entierro de las víctimas fue acompañado por una impresionante y tensa manifestación.
            En este contexto se sitúan también el asesinato de estudiantes en manifestaciones y los sucesos de Montejurra (Navarra) donde se enfrentaron las facciones franquista y demócrata del carlismo.

El gobierno de Suárez y la reforma política.


El gobierno consiguió hacer aprobar en las Cortes franquistas dos leyes sobre los derechos de reunión y asociación política. Pero se vio sin apoyo para la reforma del Código Penal que hubiera permitido la legalización de los partidos. Para entonces, sin embargo, el rey ya había decidido prescindir de Arias, con el que las distancias eran cada vez mayores. El 1 de julio de 1976 el jefe del gobierno fue convocado por el rey para pedirle su dimisión, a la que no opuso resistencia.

Los reformistas, ante la incapacidad del gobierno de Arias Navarro, desplazaron del gobierno a los inmovilistas con el visto bueno de la monarquía. Su proyecto de cambio pretendía promover una reforma progresiva del sistema político a partir de la evolución de las leyes y de las instituciones franquistas. Torcuato Fernández Miranda, presidente de las Cortes, maniobró para imponer como sucesor a Adolfo Suárez, un joven político procedente de los sectores reformistas del Movimiento, que aceptó pilotar desde el gobierno la transición a la democracia.

En julio de 1976, pues, fue nombrado presidente de gobierno Adolfo Suárez, un joven político franquista “aperturista y reformista” que inició un proceso de cambio político y abrió un camino legal para el desmantelamiento del franquismo (tras amplios contactos con las fuerzas democráticas de la oposición y un indulto para los presos políticos). Las propias Cortes franquistas aprobaron la Ley para la Reforma Política, que, sometida a Referéndum popular el 15 de diciembre de 1976, fue aprobada mayoritariamente. En los meses siguientes se prepararon las condiciones para la celebración de elecciones generales. Partidos y sindicatos se fueron legalizando (salvo el PCE), los exiliados políticos regresaron, se concedió amnistía a los presos políticos y se convocaron elecciones generales. Todo ello se realizó pacíficamente, aunque no faltaron tensiones.

A la legalización del PCE se oponían radicalmente los inmovilistas y el ejército. Pero los comunistas apuntaron claramente por el proceso democrático y mostraron su fuerte presencia social con la multitudinaria manifestación silenciosa a raíz de los asesinatos de los cinco abogados laboralistas de CC.OO de la calle Atocha (enero 1977), por elementos de la extrema derecha. Finalmente, Suárez decidió su legalización en el mes de abril, hecho que provocó una crisis de gobierno pero garantizó la legitimidad democrática de las elecciones.

Con este cambio se reconocía el principio de soberanía popular y los derechos fundamentales de las personas.

El gobierno buscó el apoyo de los grupos democráticos de la oposición, que acabaron aceptando una reforma pactada, es decir, la consecución de la democracia mediante un compromiso entre todas las fuerzas políticas partidarias de instaurar un régimen democrático en España. En 1977 se legalizaron los partidos políticos y los sindicatos, se suprimió el Movimiento Nacional y se concedieron dos amnistías políticas. Una nueva ley electoral permitió la convocatoria de elecciones libres a Cortes constituyentes, que se celebraron un junio de ese mismo año. El camino a la democracia estaba abierto.

Las primeras elecciones democráticas


El 15 de junio de 1977 se celebraron en España las primeras elecciones democráticas desde hacía más de cuarenta años. Estas elecciones se celebraron con absoluta normalidad democrática y con una elevada participación de votantes.

Los resultados dieron la mayoría a Unión de Centro Democrático (UCD), el partido que pocos meses antes había construido Adolfo Suárez como plataforma electoral triunfó con el 34% de los votos emitidos. A pesar de no haber obtenido mayoría absoluta, se reconoció que el partido de Adolfo Suárez (UCD) tenía el respaldo electoral suficiente para formar gobierno. Adolfo Suárez constituyó el primer gobierno democrático en España después de la Guerra Civil. Seguido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con el 29% de los votos, que quedó consolidado como principal partido de la oposición. A una mayor distancia electoral se situaron el Partido Comunista de España (PCE) con el 9.33% y Alianza Popular con el 8,21% (AP: nuevo partido político creado por Manuel Fraga Iribarne.) En el País Vasco y en Cataluña, los partidos nacionalistas empezaron a configurarse como fuerzas políticas importantes.

Estos primeros años del restablecimiento de la democracia estuvieron marcados por un clima político de acuerdos y compromisos entre las diferentes fuerzas políticas y sociales. Es lo que se llamó el “consenso”.

La Constitución de 1978

El proceso constituyente

La presión de la oposición hace que las Cortes nacidas de las elecciones del 15 de junio de 1977 sean Cortes Constituyentes, teniendo como tarea principal la elaboración de una Constitución que sirviera de base para una nueva etapa de normalidad democrática, dentro de un Estado de derecho similar al de los países de nuestro entorno. Para las fuerzas políticas y la mayoría de los ciudadanos, la Constitución, habría de ser fruto de un amplio acuerdo (entre todas las fuerzas políticas) capaz de asegurar a todos los españoles, sin distinción de ideologías, un marco respetable para el ejercicio de sus derechos y obligaciones. Este acuerdo o consenso sería la clave para crear un sistema político estable y duradero (aquí radica la diferencia importante con todas las Constituciones del siglo XIX, que habían sido Constituciones de partido).

Para ello el Congreso nombró una Ponencia Constitucional formada por siete diputados. (Gabriel Cisneros (UCD), José Pedro Pérez-Llorca (UCD), Miguel Herrero Rodríguez de Minón (UCD), Miquel Roca i Junyent (CiU), Manuel Fraga Iribarne (AP), Gregorio Peces Barba (PSOE) y Jordi Solé Tura (PCE-PSUC). La minoría vasca, que también tenía representación en la Cámara, renunció. La ponencia trabajó durante meses para conseguir un texto que contase con el apoyo de todos, sin ser impuesto por ninguno. La Constitución que elaboraron adoptó un carácter progresista, se define en el preámbulo a España como un Estado Democrático y Social de Derecho, aunque presentando cierta ambigüedad, producto del consenso, que permitiría que su desarrollo legislativo fuera asumido tanto por la izquierda como por la derecha democrática.

El proyecto fue discutido por las Cortes y aprobado por amplia mayoría el 31 de agosto de 1978. El 6 de diciembre de ese mismo año se sometió a consulta del pueblo español en un referéndum que le otorgó el apoyo del 88% de los votantes. Tras la entrada en vigor de la Constitución se disolvieron las Cortes y se convocaron nuevas elecciones de acuerdo con lo previsto en ella.

El consenso sobre el marco político: la Constitución de 1978  

El primer paso para la elaboración de la Constitución fue la creación, como ha quedado citado arriba, de una ponencia para su redacción integrada por diputados de los diferentes partidos. Estos decidieron tomar la vía del consenso.

Los acuerdos no fueron fáciles en temas como la educación, la libertad religiosa, el divorcio, el aborto, la pena de muerte, el sistema electoral, etc. En total fueron dieciséis meses de discusiones que alumbraron una carta magna cuyas principales características son las siguientes:
  •  La amplia declaración de derechos y libertades de los españoles, que se inspiró en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y contrastaba con lo restringidos que habían estado dichos derechos y libertades durante la dictadura. También se hacía referencia a algunos deberes inexcusables para el mantenimiento del Estado, como es el pago de impuestos. Igualmente se fija el carácter no confesional del Estado, abole la pena de muerte e incluye el derecho a la huelga y a la libre sindicación.
  • La definición del sistema político español como una monarquía parlamentaria, en la que el Rey, como jefe del Estado, arbitra las diferentes instituciones pero no tiene poder ejecutivo.
  • La división de poderes. El legislativo correspondía a las Cortes, integradas por el Congreso y el Senado, dos cámaras elegidas cada cuatro años por sufragio universal, directo y secreto. El ejecutivo recayó en el gobierno, integrado por el presidente, los vicepresidentes y los ministros, que serían elegidos en función de la composición mayoritaria de las Cortes. Por último, poder judicial correspondía a los jueces y magistrados, coordinados en última estancia por el Tribunal Supremo.
  • Este cuadro se completó con otras dos: el Tribunal Constitucional, que se encarga de interpretar la Constitución en caso de conflicto, y el Defensor del Pueblo, cuya misión es la de atender directamente a los ciudadanos velando por el respeto de sus derechos y libertades.
  •  La descentralización del Estado, pues la Constitución contemplaba la posibilidad de que las regiones y nacionalidades pudieran optar por convertirse en comunidades autónomas, que a su vez se organizaban en provincias y municipios.
  • En la Constitución se recogen también los principios rectores de la política social y económica. La libertad de mercado, la posibilidad de planificación económica con la intervención del Estado en la propiedad privada por motivos de interés público. España, como empieza diciendo la Constitución: “se convierte en un Estado social y democrático de derecho”,


Este nuevo marco legal fundamental fue propuesto a referéndum, como ya también ha sido citado, el 6 de diciembre de 1978 y fue aprobado mayoritariamente. Así, con una abstención del 33%, que en el caso del País Vasco fue del 54,5% por la negativa de los nacionalistas a pronunciarse, el 88% de los votos fueron favorables a la nueva Constitución y sólo el 8% negativos.

Contexto de crisis económica internacional

La transición coincidió con el inicio de una crisis económica internacional desencadenada por una gran subida del precio del petróleo. La economía española sufrió con extrema gravedad la recesión a partir de 1975, cuando a los problemas económicos se sumaron la incertidumbre política y el retraso en adoptar medidas contra la crisis. El alza del precio del petróleo generó un proceso inflacionario, que alcanzó tasas de más del 20% anual. La pérdida de competitividad derivada de la inflación hizo descender las exportaciones y, entre 1973 y 1974, el déficit de la balanza comercial se duplicó, a la vez que la balanza de pagos pasó de un superavit de 500 millones de dólares a un déficit superior a los 3.000 millones. La depreciación de la peseta, que favoreció el mantenimiento de las exportaciones, los ingresos por turismo y la inversión de capital exterior paliaron la gravedad del déficit durante los primeros años.

La crisis energética derivó un una profunda crisis industrial que tuvo dos causas. En primer lugar, el aumento de los costes y de los precios de venta como consecuencia del elevado consumo de energía; y, en segundo lugar, el elevado peso en la industria española de los bienes de consumo, la siderurgia, la construcción naval y el material de transporte, donde la crisis alcanzó proporciones más graves. En consecuencia, el paro aumentó a un ritmo anual muy elevado y alcanzó el 10% en 1979. Paralelamente, la renta anual por habitante creció algo menos del 1% en el conjunto de España, entre 1975 y 1985.

Lucha contra la crisis

En la tarea de construcción de un sistema democrático y para poder hacer frente a los problemas económicos era imprescindible un entendimiento entre el gobierno y las principales fuerzas de la oposición, de la misma manera que en paralelo se iniciaba el consenso constitucional. En este sentido, los principales partidos, firmaron los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977), que contenían una serie de acuerdos para la reforma y saneamiento de la economía y un programa de actuación jurídica y política.

En el terreno político, el gobierno se comprometió a una regulación de la vida pública de acuerdo con los principios democráticos (libertad de expresión, reunión y asociación , reformas de Código Penal y del Código de Justicia Militar, nueva política de orden público....), que encontrarían se plasmación en la Constitución.

Los Pactos de la Moncloa y la política de consenso.


En el verano de 1977, el gobierno de UCD decidió abordar la crisis económica. Era necesario iniciar algunas reformas mediante el consenso de todas las fuerzas políticas y con el acuerdo de la patronal y los sindicatos. A tal efecto, todos los partidos políticos con representación parlamentaria firmaron los Pactos de la Moncloa.

Los Pactos establecían las bases para la modernización de la economía española, mediante el aumento de la inversión pública y una reforma fiscal que permitiera aumentar los ingresos del Estado.

Se acordó, asimismo, aumentar la aportación del Estado a la Seguridad Social para hacer frente al aumento de los gastos sociales (desempleo, pensiones, sanidad, jubilación). Por último, se planteó como prioritaria la reducción de la inflación (situada, en 1977, en el 26%) mediante limitaciones al crecimiento de los salarios y de los precios. También se procedió a una reforma tributaria para acometer la modernización de la estructura fiscal española. En 1977 entró en vigor el Impuesto Extraordinario sobre el Patrimonio y en 1978, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) con lo que el impuesto sobre el trabajo se hizo extensible a todas las rentas.

La firma de los Pactos permitió una reducción de la conflictividad social y la aplicación de un modelo de relaciones laborales. Este nuevo marco fue posible gracias al reconocimiento de la libertad sindical, consagrada en la Constitución junto a otros derechos laborales como el de huelga o el de negociación colectiva.

Los empresarios se integraron en una gran organización patronal (CEOE), mientras los trabajadores realizaban las primeras elecciones sindicales en 1978, confirmándose como sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT, junto a otro sindicato de carácter nacionalista ELA-STV en el País Vasco.

Los enemigos de la democracia


Mientras la mayoría de las fuerzas políticas y de la sociedad española apostaban por un consenso social que consolidase el proceso de transición, algunos sectores promovían la violencia para desestabilizar al país y obstaculizar la construcción democrática. Las principales amenazas provenían del involucionismo, del golpismo militar y del terrorismo.

Las fuerzas de extrema derecha nostálgicos del franquismo se movilizaron para impedir la consolidación democrática. Organizaron para ello manifestaciones y grupos violentos: Guerrilleros de Cristo Rey, la Triple A o el Batallón Vasco Español. Los incitaba la prensa ultraderechista (El Alcazar), o intentos de golpe de Estado (Operación Galaxia 1978).

El terrorismo buscaba sus victimas entre las fuerzas armadas, los cuerpos de seguridad y algunas personalidades del franquismo, estimulando aún más las apetencias involucionistas de algunos de estos sectores. El terrorismo de extrema izquierda estuvo vinculado al GRAPO (Grupos Revolucionarios Primero de Octubre) y el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), que protagonizaron actos violentos y secuestros. Pero la principal actividad terrorista provenía de ETA con una campaña de atentados que causó 77 muertos en 1979 y 95 en 1980, con especial incidencia entre los militares y fuerzas del orden público. En Cataluña se creó la organización independentista Terra Lliure, que cometió atentados y secuestros hasta su disolución en 1995.

El estado de las autonomías y su evolución

El Título VIII de la Constitución de 1978 regula la descentralización de ciertos poderes del Estado y posibilita la creación de Comunidades Autónomas. El proceso de construcción del Estado de las Autonomías tuvo dos etapas diferentes:

-          La primera fue la de las preautonomías, es decir, la concesión de una autonomía provisional a regiones cuyos representantes la solicitaran.
-          La segunda se emprendió a partir del momento en que la Constitución reguló definitivamente el régimen autonómico.

A pesar de la represión franquista, ésta no había conseguido anular los sentimientos nacionalistas en Cataluña, País Vasco y Galicia, donde la defensa de la democracia siempre había ido acompañada de la reivindicación de autonomía. Tras la muerte de Franco se produjeron también demandas de autonomía en otras regiones españolas (Andalucía, Valencia, Canarias, Asturias, Aragón, y Extremadura) proliferando las manifestaciones de identidad regionalista. Los gobiernos de la democracia vieron la urgencia de dar solución a las demandas de vascos y catalanes, y se replantearon la conveniencia de una reorganización territorial del Estado mediante la creación de un sistema generalizado de autonomías.

Los primeros estatutos (Preautonomías)

Tras las elecciones de 1977, el gobierno de UCD se propuso afrontar las reivindicaciones autonomistas de Cataluña. Adolfo Suárez entró en contacto con Joseph Tarradellas, presidente de la Generalitat en el exilio, y pactó el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña y el regreso de Tarradellas como presidente.

En el País Vasco existía una gran movilización popular en demanda de autonomía y, asimismo, de amnistía para los presos políticos vascos. La situación era muy tensa, dada la persistencia del terrorismo de ETA. En 1977, el gobierno legalizó la ikurriña (bandera vasca) y concedió tres amnistías. Las negociaciones entre el gobierno y los parlamentarios vascos culminaron en la formación de un Consejo General Vasco. En Galicia se creó una Xunta de Galicia provisional.

Estatutos de Autonomía (tras la Constitución)

La Constitución establecía la posibilidad de que todas las regiones (u otras agrupaciones provinciales) se convirtieran en Comunidades Autónomas. Cada una de ellas se regiría por un Estatuto de Autonomía y se dotaría de órganos legislativos, elegidos por sufragio universal (parlamentos autónomos) y órganos ejecutivos (gobiernos autónomos). Pero establecía dos procedimientos distintos: uno más rápido y completo, previsto en el artículo 151, al que podían acceder directamente las nacionalidades históricas (Cataluña, Galicia y el País Vasco) y otro más lento, previsto en el artículo 143, que sería el que regiría a la mayoría de las Comunidades Autónomas a excepción de Navarra (por sus peculiaridades forales) y Andalucía que así lo decidió en referendum.

Tras la aprobación de la Constitución se elaboraron los Estatutos de Autonomía de Cataluña y del País Vasco, aprobados en referéndum el año 1979. En 1980, se eligieron los primeros parlamentos autonómicos. En Cataluña, las elecciones autonómicas dieron el triunfo a Convergencia i Unió y Jordi Pujol fue elegido presidente de la Generalitat. En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco obtuvo la mayoría y Carlos Garaikoetxea se convirtió en lehendakari.

En Galicia, en abril de 1978, se formó la primera Xunta de Galicia con carácter provisional y, en 1980, se aprobó en referéndum el Estatuto de Autonomía. Las primeras elecciones autonómicas se celebraron en 1981 y Alianza Popular fue el partido más votado, lo que otorgó la presidencia de la Xunta a Xerardo Fernández Albor.

Consolidación del mapa autonómico

La Constitución reconoció la existencia de diferentes nacionalidades y regiones con derecho a constituir su propio autogobierno. En 1981 la Ley de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) reguló las vías de implantación de las comunidades autónomas, aunque algunos artículos de la ley que retocaban competencias fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional dos años después. Así, quedó configurado un nuevo modelo de Estado que se denominó Estado de las Autonomías.

De esta manera, quedaron constituidas un total de 17 Comunidades Autónomas, todas ellas reguladas por sus Estatutos de Autonomía y regidas por sus respectivos gobiernos y parlamentos. La aprobación de los diferentes estatutos se hizo de manera progresiva (entre 1982 y 1983). En 1995 se completó el mapa autonómico con la aprobación de los Estatutos de Ceuta y Melilla.

A lo largo de los años siguientes, y de forma progresiva, se realizó el traspaso de servicios, competencias y funcionarios (educación, sanidad, etc.) del Gobierno central a las diferentes Comunidades Autónomas.

El segundo gobierno de UCD (1978–1982).


Una vez aprobada la Constitución, se disolvieron las Cortes y se convocaron nuevas elecciones legislativas para marzo de 1979. El triunfo fue de nuevo para Unión de Centro Democrático, que presidía Adolfo Suárez. (UCD: 31,3%; PSOE: 29,3; PCE: 12,7%; PNV: 2,1%; etc.). Alianza Popular, sólo obtuvo 10 diputados.

El nuevo gobierno continuó la actividad reformista y promulgó el Estatuto de los Trabajadores (1980). Sin embargo, no se emprendió una política de reformas de la estructura productiva española porque la vida política era la prioridad del gobierno. El ejecutivo se mostró inestable y Adolfo Suárez empezó a ser contestado como líder del partido a la vez que se reforzaban distintas tendencias en el interior de UCD.

El partido gobernante fracasó en las primeras elecciones municipales democráticas, celebradas en abril de 1979, a partir de las cuales se constituyeron ayuntamientos de izquierda en las grandes ciudades. Situación similar se produjo en las elecciones autonómicas en Cataluña y el País Vasco (marzo 1980), donde la UCD perdió la mitad de los votos conseguidos en 1979.

La oposición ganaba fuerza y presentó en mayo de 1980 una moción de censura (PSOE) que ganó el gobierno por escaso margen. A partir de aquel momento, la actividad gubernamental se paralizó y muchas reformas constitucionales (Justicia, ejército....) quedaron frenadas.

Ante el fraccionamiento de la UCD y el cuestionamiento de su liderazgo, Adolfo Suárez presentó su dimisión como presidente del gobierno y del partido (29 enero1981).

Declive de UCD

El 25 de febrero de 1981 (dos días después del intento de golpe de Estado: 23-F, cuestión a tratar más adelante en este mismo tema) fue investido nuevo jefe de gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. Su política no se diferenció de la de Adolfo Suárez. La labor legislativa siguió adelante en medio de disensiones. Firmó con las organizaciones empresariales y sindicales el Acuerdo Nacional de Empleo. Asimismo aprobó la Ley de Divorcio (abril de 1981) a la que se oponían los grupos democristianos de UCD. Asimismo tuvo que hacer frente al escándalo del envenenamiento masivo por aceite de colza adulterado, que produjo varias decenas de muertos y miles de afectados.

Otra decisión trascendente fue la petición de ingreso de España en la OTAN, que se hizo efectiva el 30 de mayo de 1982. Con un pacto UCD-PSOE se aprobó la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) con el objetivo de impedir que se desbordaran los límites de los poderes entregados a las autonomías.
Tampoco Calvo Sotelo consiguió frenar la desintegración del partido en el gobierno. Adolfo Suárez y sus seguidores abandonaron la UCD para crear su propio partido Centro Democrático y Social (CDS), julio de 1982. El 28 de agosto , el presidente Calvo Sotelo disolvió el Parlamento y convocó nuevas elecciones generales para octubre de 1982 que dieron la victoria al PSOE y marcaron el final de la transición y dieron inicio a una nueva etapa constitucional de consolidación definitiva del régimen democrático en España.


La etapa socialista (1982-1996)

La victoria electoral

En las elecciones de 1982, diez millones de votos otorgaron el poder al PSOE, que obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado (PSOE: 48,11%; AP-PDP: 26,36%; UCD: 6,77%; PCE: 4,2%; CiU: 3,67%; CDS: 2,87%, PNV: 1,88% ....). La victoria socialista se debió a que la alternativa encabezada por Felipe González entusiasmó a un amplio sector del electorado. La idea de un cambio político y de reformas sociales se combinaron con una imagen de moderación que tranquilizaba a los poderes fácticos.

Estas elecciones supusieron un cambio sustancial respecto a las fuerzas políticas que habían protagonizado la transición. UCD fue progresivamente desapareciendo, mientras que el nuevo partido creado por Adolfo Suárez, el Centro Democrático y Social (CDS), no consiguió arraigar electoralmente.

El Partido Popular (la antigua Alianza Popular), liderada por José María Aznar desde 1990, se consolidó como la primera fuerza de la oposición. El PCE sufrió un notable descenso electoral y surgieron discrepancias internas, que culminaron con la creación, en 1996, de Izquierda Unida.

Los socialistas se mantuvieron en el poder durante cuatro legislaturas. Obtuvieron mayoría absoluta en tres elecciones consecutivas (1982, 1986 y 1989), y mayoría relativa en las de 1993, hecho que les forzó a establecer una serie de pactos de gobierno con los partidos nacionalistas.

Los gobiernos socialistas

Los gobiernos socialistas quisieron hacer frente a la crisis económica y prepararse para el ingreso de España en la Comunidad Europea. Con esta finalidad, establecieron una serie de medidas, cuyo resultado fue una notable disminución de la inflación y una modernización de la estructura económica. Sin embargo, a pesar de estas medidas no se consiguió disminuir demasiado el desempleo.

La reconversión industrial fue un proceso de adaptación de los sectores productivos a las exigencias del mercado internacional y del ingreso en la CEE, pero provocó la reducción del empleo, el cierre de empresas y conflictos laborales; con la contención salarial y la inestabilidad en el empleo dieron lugar a un enfrentamiento con los principales sindicatos (CCOO y UGT), que convocaron conjuntamente tres huelgas generales (1988, 1992, 1994).

La política reformista

Para reducir los efectos sociales de la crisis, el programa socialista inició una serie de reformas que suponían el incremento de los servicios públicos y el aumento de las prestaciones sociales (extensión de los servicios médicos a toda la población, ampliación del seguro de desempleo, creación del plan de empleo rural, se consolidó y garantizó el sistema público de pensiones (Pacto de Toledo). El objetivo último era avanzar hacia el Estado del bienestar.

También se desarrolló una política de obras públicas (plan de autovías, construcción del AVE, inversiones en la Exposición Universal de Sevilla y en los Juegos Olímpicos de Barcelona- 1992.)

En política interior se propició una reforma del ejército con la voluntad de alejar el peligro golpista. También se tomaron medidas contra el terrorismo, sobre todo de ETA, que se reflejó en la actuación policial, en la colaboración con Francia, y en los acuerdos con todas las fuerzas políticas para aislar a los violentos (Pactos de Ajuria Enea).

Una serie de leyes como la legalización del aborto, la ley de educación, que la extendía obligatoriamente hasta los 16 años (LOGSE), con la Ley de Reforma universitaria, se reconocía la autonomía de las universidades, y la autorización de las cadenas privadas de televisión, completaron el programa de reformas socialistas.

El 12 de junio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a la Comunidad Europea, por el que España se convertía en miembro de pleno derecho. En 1986, y después de un referéndum, se decidió la permanencia definitiva en la OTAN, pero sin integrarse en su estructura militar.

La crisis y el relevo en el poder

A partir de 1991 el PSOE comenzó su retroceso electoral. El partido y el sindicato empezaron a divergir y dentro del partido surgieron disensiones entre los dos grandes líderes socialistas Felipe González y Alfonso Guerra. Esta última etapa socialista estuvo marcada por un gran desgaste del gobierno que se vio agravado por el estallido de una serie de escándalos políticos y económicos. Se dieron algunos casos de corrupción relacionados con el financiamiento irregular del partido (Filesa), con el tráfico de influencias (Juan Guerra) o con el enriquecimiento ilícito de algunas personas (Luis Roldán). También se descubrieron casos de complicidad de algunos cuerpos policiales con la guerra sucia protagonizada por le GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) contra ETA.

Ante la debilidad y el desprestigio del gobierno, la oposición encabezada por el Partido Popular ejerció una dura presión para forzar la dimisión de Felipe González. Falto de los apoyos necesarios, acorralados por los escándalos y ante la presión de la oposición y de los medios de comunicación, el gobierno convocó elecciones anticipadas el 3 de marzo de 1996.

La integración en la Comunidad Europea

Una vez normalizado el marco laboral y tomadas las primeras medidas contra la crisis, el objetivo se centró en reestructurar la economía española para hacer frente al gran reto de la integración en la Comunidad Europea (actualmente Unión Europea). La adecuación de nuestra economía a los criterios comunitarios exigió sustanciales transformaciones.

En primer lugar, en la década de 1980, se realizó una importante reconversión industrial para hacer frente a una situación de libre competencia con países, en su mayoría, con economías más potentes. Así, una serie de poderosos sectores industriales (naval, siderúrgico, textil, etc.) tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones del mercado internacional. La reconversión tuvo como consecuencia mejoras en la gestión, inversiones en tecnología y aumento de la cualificación profesional de los trabajadores. Ahora bien, también significó la concentración de empresas, el cierre de las no competitivas y, en general, el descenso del empleo y el aumento de la cifra de parados, que llegó a superar el 20%.

Para hacer competitiva la economía era imprescindible el descenso de la inflación y la disminución del déficit público. Para ello se tomaron diversas medidas entre las cuales las más importantes fueron la limitación del crecimiento de los salarios y el control del gasto público.

A pesar de las dificultades económicas, durante todos estos años se realizó un importante crecimiento del sector público (enseñanza, sanidad, Seguridad Social, infraestructuras...) que consolidó el Estado del Bienestar. El aumento del gasto público se sufragó, tras las reformas fiscales, mediante la generalización del pago de impuestos.

El nacimiento del euro

El Tratado de Maastricht de 1991, estableció la creación de una moneda única, el euro, para todos los países de la UE que cumplieran unas determinadas condiciones económicas (déficit público por debajo de un máximo, control de la inflación...). El gobierno español estableció un plan para cumplir estas condiciones y entrar en la unión monetaria con el primer grupo de países que establecieran la moneda única. Desde el 1 de enero de 2002, el euro sustituye a la peseta y desde el 1de marzo, la peseta dejó de circular, convirtiéndose el euro en la moneda única de los países de la Unión Europea, a excepción de Gran Bretaña, Dinamarca y Suecia.


El gobierno en minoría (1996–2000)


Las elecciones generales de 1996 fueron ganadas por el Partido Popular. (PP: 38,79%; PSOE: 37,63%; IU: 10,54%..) Pero al obtener sólo una mayoría relativa, la investidura de José María Aznar como presidente del gobierno necesitó del apoyo de los partidos nacionalistas (CiU, PNV y Coalición Canaria).

La acción del gobierno del PP en su primera legislatura se orientó a dar una sensación de continuidad y alejar los temores de que el retorno de los conservadores podía suponer una involución democrática. Quiso continuar con una política social que asegurase el Estado del Bienestar, inició un diálogo con los sindicatos y una aproximación a los partidos nacionalistas, de los que dependía la estabilidad del gobierno.

Sin embargo, se produjo un progresivo agravamiento de la cuestión vasca debido al incremento de las acciones terroristas de ETA y a la crisis de las relaciones entre el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Popular, que supusieron la rotura de los pactos de Ajuria Enea. El PNV y la izquierda abertzale firmaron el pacto de Lizarra, exclusión de los no nacionalistas. De esta forma se acentuó la polarización de la política vasca.

En política internacional, el objetivo prioritario fue la consecución de la integración monetaria de España en la Europa del euro. Además, en el año 1997, España se integró en la estructura militar de la OTAN.

Quizá la reforma de mayor trascendencia de la primera legislatura del gobierno de José María Aznar fue la supresión del servicio militar obligatorio y la creación de un ejército profesional, que se vio favorecida por el fin de la tensión bélica entre los bloques.

Una favorable coyuntura económica

La buena coyuntura económica de Europa y el éxito del proceso de incorporación económica y monetaria a la Unión Europea permitieron que España iniciara una etapa de expansión.

A partir de 1986-1987 la economía española alcanzó unas cotas de crecimiento anual del 3% y la producción industrial aumentó más rápidamente que la de sus principales competidores. Todo ello posibilitó la creación de empleo y el descenso del paro, aunque España es el país con la tasa de desempleo más alta de la UE (la UE quince miembros)

Para solucionar el problema del paro se han hecho reformas de la contratación laboral, que han comportado el crecimiento del empleo temporal y precario. También se ha seguido una política de privatización de empresas públicas, que ha originado la oposición de los sindicatos.

El gobierno con mayoría absoluta (2000–2004)


En las elecciones de marzo de 2000, logró la mayoría absoluta. El nuevo gobierno, también presidido por José María Aznar, el PP, pudo desarrollar los objetivos de su programa electoral .Con la mayoría absoluta pudo desarrollar su programa sin cortapisas y modificar sensiblemente la legislación de la etapa socialista. Se iniciaron así una serie de reformas en el terreno educativo (Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE), que reestructuraba la enseñanza media; Ley de Reforma Universitaria (reducía la autonomía universitaria...) y laboral (Ley de Contratación Laboral, Ley de Extranjería...) que provocaron notables protestas sociales (huelga general en el 2002.) La Ley de Partidos, que ilegalizaba a los partidos que no condenasen explícitamente el terrorismo.

Igualmente, las relaciones entre el gobierno de la nación el vasco, presidido por Juan José Ibarretxe, alcanzaron una gran tensión política.

El PP también tuvo que hacer frente a cuestiones que levantaron una gran polémica social y erosionaron su gobierno. Entre estas cabe citar el Plan Hidrológico nacional que preveía grandes trasvases de agua de unas cuencas a otras (del Ebro al Segura la mayor de ellas). También produjo gran tensión la catástrofe ecológica y económica causada por el hundimiento del petrolero Prestige en Galicia. Además, la imposición de una reforma del subsidio de paro sin haber negociado con los sindicatos provocó una huelga general, cuyo éxito significó su retirada.

En política exterior, se produjo un cambio radical en las alianzas exteriores al priorizar la política de acercamiento a Estados Unidos, en perjuicio del tradicional alineamiento europeo. Ejemplo de ello fue el apoyo del gobierno de Aznar a la intervención militar de Estados Unidos en Irak (marzo de 2003). Como consecuencia de toda esta política, y tras los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, perpetrados por islamistas radicales seguidores de Al Qaeda; este hecho desató una guerra informativa en cuyo fondo estaba latente la responsabilidad del gobierno por haber apoyado una guerra en contra de la voluntad de la mayoría de los españoles. En las nuevas elecciones generales del 14 de marzo de 2004 se produjo la victoria de nuevo del Partido Socialista (tras determinados pactos con otras fuerzas nacionalistas y de izquierda ha permitido gobernar a José Luis Rodríguez Zapatero)

Los socialistas de nuevo en el poder (2004–2008)


La jornada electoral se celebró el 14 de marzo de 2004 en un ambiente político profundamente sacudido por el atentado terrorista del 11-M (el gobierno del PP atribuyó a ETA, cuando muchas pistas indicaban una orientación islamista vinculada con Al-Qaeda). Las previsiones de una nueva victoria del Partido Popular no se cumplieron. El PSOE consiguió un número mayor de votos y José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido presidente de gobierno. La inesperada victoria socialista, que el PP atribuyó al ambiente generado por los atentados provocó que el clima político se caracterizase por un alto grado de enfrentamiento entre el gobierno y la oposición (crispación política).

La primera medida del nuevo gabinete fue la retirada de las tropas españolas en Irak (abril de 2004). Lo que supuso un distanciamiento de respecto a los EE.UU y un retorno al alineamiento en la política exterior con Europa. También se retiró el Plan Hidrológico y se reformaron las leyes educativas de los populares. Se llevó a cabo una importante labor legislativa de carácter cívico y social, como la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres y la Ley de Dependencia. Se legisló sobre la violencia de género, la regulación de inmigrantes, sobre la agilización de los trámites del divorcio y se introdujeron modificaciones en el Código Civil para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Aspecto muy contestado por los sectores conservadores y por la Iglesia católica.

En la política interior tuvo gran importancia la renovación de algunos estatutos de Autonomía ( Cataluña, Valencia, Andalucía....)

En las elecciones de marzo de 2008, el PSOE revalidó su triunfo y consiguió una segunda legislatura para José Luis Rodríguez Zapatero.
Los desafíos del golpismo y del terrorismo

Mientras la mayoría de las fuerzas políticas y de la sociedad española apostaban por un consenso social que consolidase el proceso de transición , algunos sectores promovían la violencia para desestabilizar al país y obstaculizar la construcción democrática. Las principales amenazas provenían del involucionismo, del golpismo militar y del terrorismo.

Las fuerzas de extrema derecha nostálgicos del franquismo se movilizaron para impedir la consolidación democrática . Organizaron para ello manifestaciones y grupos violentos: Guerrilleros de Cristo Rey, la Triple A o el Batallón Vasco Español. Los incitaba la prensa ultraderechista (El Alcazar), o intentos de golpe de Estado (Operación Galaxia 1978),

El golpe de Estado del 23 –F


La principal amenaza al sistema democrático provenía fundamentalmente de la pervivencia en el estamento militar de sectores hostiles al proceso democrático, que habían visto la legalización del Partido Comunista, el proceso autonómico, el terrorismo y la anunciada reforma del ejército como graves signos de alarma que justificaban su intervención. El 23 de febrero de 1981, mientras se estaba realizando en el Congreso de los Diputados la votación de investidura de Calvo Sotelo como sucesor de Suárez en la presidencia del gobierno, un grupo de guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio Tejero irrumpió en el hemiciclo, interrumpió la votación por la fuerza y retuvo a todos los diputados. Paralelamente, el capitán general Milans del Bosch se sublevaba en Valencia y sacaba los tanques a la calle para imponer un golpe de Estado militar que cambiase el rumbo de la política española.

El golpe era el resultado de una trama en la que estaban implicados algunos mandos de la Guardia Civil, altos jefes militares, como los generales Armada y Milans del Bosch, y algunos políticos involucionistas. Los objetivos de los golpistas eran confusos y seguramente no coincidentes, pero en todos ellos había una clara intención de paralizar el proceso democrático y otorgar al ejército un papel relevante en el gobierno que debía constituirse posteriormente.

La comparecencia del rey en televisión, la misma noche del 23 de febrero, descalificando a los sublevados y apoyando el régimen constitucional y democrático fue decisiva para abortar el golpe. El 27 de febrero multitudinarias manifestaciones en defensa de la democracia recorrieron las calles de las ciudades españolas.


Los enemigos de la democracia: el terrorismo (España actual)

El terrorismo buscaba sus victimas entre las fuerzas armadas, los cuerpos de seguridad y algunas personalidades del franquismo, estimulando aún más las apetencias involucionistas de algunos de estos sectores. El terrorismo de extrema izquierda estuvo vinculado al GRAPO (Grupos Revolucionarios Primero de Octubre) y el FRAP(Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), que protagonizaron actos violentos y secuestros.

Pero la principal actividad terrorista provenía de ETA con una campaña de atentados que causó 77 muertos en 1979 y 95 en 1980, con especial incidencia entre los militares y fuerzas del orden público. En Cataluña se creó la organización independentista Terra Lliure, que cometió atentados y secuestros hasta su disolución en 1995.

En la etapa del gobierno socialista, éste, tuvo que seguir haciendo frente al terrorismo de ETA, con más de cien muertos en la legislatura, y a la vez emprender una reforma del ejército para acabar con el peligro del golpismo. La reforma consistió en reducir gradualmente la plantilla del ejército y someterlo al poder civil. Asimismo, para abordar el problema del terrorismo se propició el Pacto de Ajuria Enea (1988) con todas las fuerzas políticas democráticas vascas contra el terrorismo.

En la etapa del gobierno del Partido Popular, éste, tuvo que afrontar una de las cuestiones más complejas como fue se relación con el PNV y su actuación frente al terrorismo de ETA. Tras el secuestro y asesinato en 1997 del concejal del PP de Ermua, Miguel Ángel Blanco, las movilizaciones de protesta adquirieron un carácter masivo y de fuerte denuncia no sólo contra ETA sino contra el entorno político abertzale. Los partidos nacionalistas interpretaron que se estaba produciendo un frente de los partidos no nacionalistas y decidieron un cambio de alianzas que condujo a la sustitución del Pacto de Ajuria Enea por el Pacto de Lizarra, en 1998, que incorporaba a la izquierda abertzale y excluía todo acuerdo con los partidos no nacionalistas. De esta forma se acentuó la polarización de la política vasca.

Cambios políticos, sociales y económicos, España actual.

  
La consecución de la democracia vino acompañada de cambios sociales que permitieron organizar la sociedad española a semejanza de los demás países europeos.

Gracias a que la Constitución garantizó las libertades fundamentales (de pensamiento, de asociación, de opción política y de religión), los españoles fueron libres para afiliarse a partidos, sindicarse, agruparse o asociarse libremente en función de sus ideas y con el único límite del respeto a la ley.

La Constitución garantizó también el derecho a la libertad de información. El mundo de la cultura (literatura, cine, teatro, artes plásticas...) y de prensa recobró el derecho a la libertad creativa y de expresión. Así, desapareció el sistema de censura previa y se liberalizó la información en radio y televisión. El periodismo cobró un papel relevante en la construcción y consolidación de la democracia española.

Se despenalizaron los anticonceptivos, las relaciones extramatrimoniales y la homosexualidad. También se reguló el divorcio y, ya bajo el gobierno socialista, se promulgó una ley sobre el aborto.


La modernización social, España actual


En las dos últimas décadas las condiciones materiales de vida han cambiado significativamente. El consumo se ha generalizado; los electrodomésticos, el coche, la informática, las vacaciones o los viajes forman parte de la vida cotidiana de la mayoría de los españoles. En el mismo sentido, se ha producido un notable incremento de la renta per cápita que nos sitúa entre los 15 países más ricos de la Tierra, aunque sigue estando por debajo de los países más avanzados de nuestro entorno.

La sociedad española ha experimentado un fuerte proceso de modernización. Respecto a la educación, se ha generalizado la enseñanza obligatoria hasta los 16 años (LOGSE) y el número de universitarios ha aumentado espectacularmente, así como el de centros educativos. Otras mejoras han sido la universalización de la sanidad (atención médica gratuita para todos los españoles), la cobertura del desempleo y la generalización del sistema de pensiones. Se han realizado, además, fuertes inversiones en infraestructuras (Carreteras, autovías, ferrocarril, aeropuertos, telecomunicaciones...), modernizándose todos los servicios.

La estructura social también se ha transformado en otros aspectos. Uno de los más relevantes es la incorporación de la mujer a la vida pública (trabajo, política...), respaldada por la Constitución, que consagra el principio de igualdad y no discriminación por razón de sexo. Al nuevo papel de la mujer hay que añadir cambios en la estructura familiar como un espectacular descenso en la tasa de natalidad (1,6 en 1995), aumento de las familias monoparentales (sólo padre o madre), retraso en la edad de matrimonio y de la reproducción.

El crecimiento económico, España actual


Entre 1985 y 2008, la instauración del sistema democrático, el crecimiento económico en las últimas décadas, la incorporación a Europa y la consolidación del Estado del bienestar, han afianzado en España su estructura económica y social propia de un país plenamente desarrollado. España ha acortado las distancias con los países más avanzados situándose como la octava potencia económica del mundo. La economía española ha pasado por diferentes fases:

1. Fase de crecimiento (1984-1991).
2. Fase de recesión (1992-1997)
3. Fase de crecimiento (1998-2008)

A pesar del intenso crecimiento en las últimas décadas, la economía española sigue manteniendo algunos problemas estructurales. Tasas de desempleo y déficit exterior elevadas, y persistencia de un cierto retraso tecnológico. Además el crecimiento español se ha apoyado excesivamente en el mercado inmobiliario.

En 2008 se ha iniciado una crisis financiera provocada por el desplome de las bolsas internacionales como consecuencia de las llamadas hipotecas basura de EE.UU. Esto ha comportado un retroceso en la concesión de préstamos lo que ha repercutido muy negativamente en el mercado inmobiliario y ha provocado un descenso en el consumo. El parón en la construcción en España ha venido seguido de una crisis industrial derivada de las dificultades financieras de las empresas y del descenso del consumo. Las medidas para paliar los efectos de la crisis se están tomando por primera vez de forma concertada a nivel europeo e internacional y consisten en otorgar ayudas públicas a sectores en crisis (básicamente el financiero, el automovilístico...) y llevar a cabo programas de gasto público y protección social.

La nueva inmigración


En las últimas décadas del siglo XX, España ha dejado de ser un país exportador de emigrantes para convertirse en un país receptor. De este modo han llegado a España miles de emigrantes en búsqueda de trabajo, la mayoría de ellos provenientes de Latinoamérica, el Magreb o los países del Este de Europa.

Muchas de estas personas tienen que aceptar trabajos precarios y en condiciones de sobreexplotación. El Estado español, como otros europeos, ha intentado frenar este proceso a través de unas leyes de extranjería que regulan la entrada de inmigrantes (con casi cuatro millones en la actualidad han hecho crecer la población española, estancada durante mucho tiempo en torno a los cuarenta millones, llegar a los 45,2 millones actualmente).

Ante la entrada de inmigrantes de diferentes tradiciones culturales y religiosas, han surgido algunos brotes de comportamiento y actitudes xenófobas. Por ello, son muchas las organizaciones cívicas que se preocupan por defender los derechos de los inmigrantes y por favorecer su integración en nuestra sociedad. Cada vez es más evidente la necesidad de avanzar hacia una sociedad multicultural.


España actual, cultura y mentalidades

La transformación de las mentalidades

Conjuntamente con los cambios socioeconómicos, también se ha producido un proceso de transformación de las mentalidades. Destacan la nueva estructura familiar, la secularización de la sociedad, la equiparación de la mujer al varón, y la generalización de actitudes más tolerantes hacia los diversos comportamientos sociales.

1-      Respecto a la estructura familiar, se ha producido el fin de la familia tradicional y el surgimiento de modelos alternativos de la familia (monoparental, parejas de hecho, parejas homosexuales...) Además asistimos a un proceso de democratización en las relaciones intrafamiliares, más afectivo y tolerante que el anterior rígido y autoritario. Este hecho, la prolongación de los estudios y la precariedad laboral, ha retrasado la emancipación de los jóvenes del hogar familiar.
2-      El papel de la mujer ha experimentado una gran revolución, a partir de la incorporación al mercado laboral. Se ha legislado para la equiparación de sexos. Los roles tradicionales de varón proveedor de recursos y mujer de tareas domésticas se está deteriorando. La sociedad también ha hecho frente a la violencia contra las mujeres.
3-       El sistema educativo han cambiado. La reforma más relevante ha sido la extensión de la escolarización obligatoria hasta los 16 años en una vía única (ESO) que ha incluido en el sistema educativo a grupos o sectores hasta entonces al margen. En estos años se ha logrado una plena escolarización, la práctica desaparición del analfabetismo y un mayor acceso a la universidad.
4-      La estructura del Estado se ha laicizado, lo cual ha comportado, en ocasiones, relaciones tensas con la jerarquía de la Iglesia católica, tanto por la cuestiones de su financiación con recursos públicos como por la promulgación de leyes contrarias a la doctrina católica (divorcio, aborto, matrimonios homosexuales).La sociedad se ha secularizado al convertirse en civiles muchos actos sociales (bodas, nacimientos, entierros...). En 1970 se declaraban no creyentes el 2% de la población, en el año2008, el 26%.

La cultura en democracia

La instauración en España de un régimen democrático con plena libertad de expresión, la desaparición de las restricciones culturales y la intensificación de la actuación del Estado y de las Comunidades Autónomas y de los ayuntamientos a favor de la cultura han contribuido notablemente al incremento de la oferta cultural, así como al resurgimiento de las culturas específicas de las diferentes Comunidades Autónomas. La relación entre la sociedad y la cultura ha cambiado radicalmente como consecuencia de la eclosión de una verdadera cultura de masas. Nunca en España se habían realizado inversiones tan importantes en actividades e infraestructuras culturales: en museos (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y ampliación del Museo del Prado en Madrid, Museo de Arete Romano en Mérida, IVAM en Valencia, MACBA y MNAC en Barcelona, Museo Guggenheim en Bilbao, MUSAC en León...), en auditorios, teatros, bibliotecas, salas de exposiciones, archivos, etc.

Panorama literario y artístico

La generación de escritores que había iniciado su obra durante el franquismo prosiguió brillantemente su trayectoria con la llegada de la democracia. Entre ellos cabe destacar a Juan Benet, Ana María Matute, Eduardo Mendoza, Juan Marsé, Francisco Umbral, Manuel Vázquez Montalbán, Luis y Juan Goytisolo y Carmen Martín Gaite. También se incorporó a la eclosión literaria una nueva generación integrada por escritores como Antonio Muñoz Molina, Rosa Montero, Javier Marías o Luis Landero. Además, la literatura española se ha visto reconocida internacionalmente con la concesión del premio Nobel a Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989).

En las últimas décadas se ha desarrollado con gran empuje la literatura catalana, en todos los géneros, el ensayo, la poesía y la novela. Últimamente, la novela y la poesía en euskera. En la narrativa gallega también destacan algunos autores.

En las artes plásticas, una generación de artistas vinculada a las corrientes estéticas más contemporáneas ha experimentado nuevos estilos, lenguajes y formas. Destacan, junto a los más veteranos Tápies, Chillida o Saura, artistas más jóvenes como Miquel Barceló, Susana Solano o Antoni Muntadas, que utiliza las nuevas tecnologías. En arquitectura destacan las obras realizadas por Francisco Javier Sáez de Oiza, Rafael Moneo, Ricardo Bofill, Santiago Calatrava, etc. También el nuevo cine español ha irrumpido con fuerza en las pantallas europeas y norteamericanas, con directores como Almodóvar, Saura, Garci, Borau, Trueba, Amenábar, Coixet, Balagueró, etc.

Nuevas formas de cultura popular

La llegada de la democracia impulsó una libertad de creación y una explosión de nuevas formas de cultura popular, relacionadas con la práctica del ocio y una nueva concepción de la comunicación y del espectáculo. Son representativos, como muestra de participación de la juventud en la creación artística, los grafiti, pintadas en lugares públicos que expresan mensajes de tipo social. Otra expresión de la creatividad de la cultura popular fue la llamada “movida madrileña”, en la década de 1980, mezcla de espectáculo, ocio, actitud desenfadada, destape y vitalidad.

En los medios de comunicación de masas se ha producido igualmente una enorme diversificación y un incremento de la popularidad ideológica. En la prensa, junto a diarios con gran tradición como La Vanguardia o ABC, surgieron nuevos periódicos de notable influencia, como El País (1976) y El Mundo (1989). En la televisión y la radio debe destacarse la aparición de cadenas y emisores autonómicas (TV3, Euskal-Televista, Canal 9, Tele Madrid...) a las que, a partir de 1990, se sumaron las cadenas privadas (Tele 5, Antena 3, Canal Plus, etc.) y últimamente Cuatro, y La Sexta. Generalizándose también desde 2010 la TDT. Pese a que la televisión es indudablemente el primer medio difusor de información y cultura, la lucha feroz por mantener los índices de audiencia comporta en ocasiones la emisión de programas estridentes y de muy escasa calidad (Reality Shows)

En los últimos años, la irrupción imparable de la denominada sociedad de la tecnología, de la información y del conocimiento a escala mundial está teniendo unas enormes consecuencias en la sociedad española. El abaratamiento y la multiplicación de los medios de comunicación no sólo han provocado “la muerte de la distancia”, sino que también están produciendo notables cambios en las formas de vida y de relación social y cultural, sobre todo en la generación de los más jóvenes, en su gran mayoría consumados internautas. La creación de redes sociales a través de Internet ha abierto nuevos caminos de relaciones que sin duda van a modificar sensiblemente las pautas de sociabilidad vigentes.