Se establecieron unos criterios que se debían cumplir y que sirvieron como objetivo para la política económica que se concentró en varios puntos:
I. Controlar el crecimiento de los precios y del déficit público y así conseguir que el crecimiento de los precios fuese inferior al 1.5% anual. Se llevaron a cabo políticas restrictivas y políticas fiscales expansivas.
II. Luchar contra las rigideces del sistema. El mercado laboral y el mercado del suelo estaban limitados por rigideces institucionales y se intento resolver este problema, pero aun así los resultados fueron insuficientes. Tampoco se alcanzó una situación comparable a la de los países centrales de la UE. La burbuja inmobiliaria y el fuerte aumento del paro solamente confirmaron lo insuficiente de las medidas tomadas.
III. Formar parte del primer grupo de países que se integrasen en la UEM. Para que España fuera uno de los países firmantes de la constitución de la UEM (en el año 1999) Se reforzó las políticas de ajuste, especialmente en el año 1992 y 1995. Los resultados fueron positivos y se consiguió una integración plena en la UME.
Durante el periodo de 1995 – 2007 la economía española experimentó un fuerte crecimiento, cifrado en una tasa superior al 3% anual. Este crecimiento propició la convergencia en términos de de renta por habitante. La renta per cápita española fue de 10341€, y en 2007 superó el 18200€. De esta forma, la diferencia de España respecto a la UE-15 se redujo más de siete puntos: el PIB por habitante español era el 90% de la media europea.
El motor de este crecimiento y del aumento de la riqueza fue la creación de empleo. Este se vio alentado por la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y la inmigración. Entre 1993 y 2007 se crearon más de ocho millones de empleos, y la tasa de paro se situó por primera vez por debajo de la media europea.
Cuadro de texto: Productividad del Trabajo, tasa anual de crecimiento UE-15 1995-2007 y 2007-2010
Porcentaje.
Lo que comenzó en 2007 como el reventón de una gigantesca burbuja de especulación financiera con las hipotecas de EE.UU. se ha convertido en una recesión global del mundo capitalista.
La crisis financiera empezó golpeando fuerte a EE.UU., Europa Occidental y Japón (las economías más desarrolladas) Después de declararse en bancarrota uno de los grandes bancos de inversiones de EE.UU. (Lehman Brothers) el gobierno norteamericano tomó el control de la aseguradora American Internacional Group para evitar la caída de los demás bancos y el colapso inmediato del sistema bancario en el mundo.
Ningún banco se fiaba de los demás, pues no se sabía la cantidad de activos “tóxicos” que tenían en sus balances. Esto provocó una crisis de confianza en la banca y una parálisis de los préstamos interbancarios y la contracción del crédito a los individuos y las empresas. Esta desconfianza desencadenó en 2009 en una recesión global.
En Septiembre de 2007, el Northem Rock fue el primer banco británico que experimentó una “Corrida Bancaria” cuando miles de ahorristas acudieron en masa a retirar sus depósitos del banco, al haberse extendido los rumores de su mala situación. Y finalmente el Gobierno optó por inyectarle dinero público, y nacionalizarlo.
Surgieron otros casos de desplomes de banca en Francia, Alemania, Austria… pero el que más destaca es Islandia que por culpa de la crisis económica llevó al país al borde de la quiebra. Ante esta situación los Gobierno de los países afectados tuvieron que acudir a la ayuda de los bancos con problemas y a actuar mediante políticas expansivas de carácter monetario y fiscal para tratar de compensar la caída de la demanda agregada generada por la crisis. Y gracias a estas medidas en 2010 la economía mundial empezó a superar la crisis. Pero la desconfianza en los mercados financieros internacionales reapareció debido a que aumento el gasto público y el déficit público, generando una crisis de deuda de grandes dimensiones. Aun que esta crisis afectó tanto a EE.UU como a Europa, la más perjudicada fue la eurozona.
Las entidades financieras fueron otra vez el centro de la desconfianza. Ahora el gran lastre sobre los balances de los bancos era su exposición a la deuda pública. Al principio, el problema parecía estar presente en un pequeño grupo de países de la eurozona: Portugal, Grecia e Irlanda. Pero se extendió a otros países europeos y la economía estadounidense. Por ello no se descarto la idea de que el mundo pudiera caer en una recesión más grave que la de 2009. Puesto que cuando tuvo lugar la caída del banco Lehman Brother, los países pudieron solucionar el problema con dinero público a las entidades financieras. En 2011 ya no había tanto dinero público ya que los países están muy debilitados. El crecimiento global dependerá de la reacción de las potencias económicas emergentes, como China, India y Rusia. Mientras que los países desarrollados deberán controlar las cuentas públicas por lo que deberán controlar las cuentas públicas para devolver la confianza a los mercados y recurrir a reformas estructurales y clarificar el futuro del euro.
A. El impacto de la crisis internacional en la economía española
La crisis en España tiene su origen debido a dos factores: la coincidencia de una crisis financiera mundial con el desplome de la construcción, que ha sido el motor de la economía del país desde hace más de una década, sumada a una situación crediticia estricta y la amenaza de la inflación, alentada por un barril de petróleo que, a pesar de moderarse desde julio, ha llegado a alcanzar precios descomunales.
1. Crecimiento desequilibrado y con una baja productividad. El sector inmobiliario y de la construcción, a demás de una baja productividad generalizada en todos los sectores productivos son el motivo del problema, debido a las escasas incorporaciones de innovaciones tecnológicas. Esto provoca una reducida competitividad y un elevado déficit en la balanza de cuenta corriente.
2. Crecimiento basado en un fuerte endeudamiento externo. Las entidades financieras, las familias y las empresas se han endeudado debido a que en la fase expansiva del ciclo los mercados internacionales dieron facilidades de crédito. Además de este endeudamiento hay que sumarle la burbuja especulativa que vivió el sector inmobiliario.
3. Rigideces institucionales, especialmente en el mercado de trabajo. La dualidad existente entre los trabajadores fijos y los temporales y las rigideces que caracterizan a la negociación colectiva en España determinan que durante las recesiones el mercado de trabajo español destruya el empleo con facilidad.
B. Perspectivas de futuro.
Aun que el golpe que ha provocado la crisis para nuestro país, de cara al futuro la economía española tiene varías fortalezas que habría que explotar.
1. Infraestructuras de primera línea mundial. Cuenta con una red de autopistas más extensa de Europa, Con sus de 3.000 km en servicio, se trata de la red de alta velocidad más extensa de Europa y la segunda en todo el mundo, solo por detrás de China. A demás se encuentra entre los cinco primeros países por las mercancías movidas en sus puertos. Todo gracias a su localización privilegiada entre Europa y África y entre el Mediterráneo y el Atlántico. El desarrollo de infraestructuras y los trenes de fabricación nacional han permitido adquirir una experiencia en la elaboración y explotación de proyectos que han ocasionado que Estados Unidos quiera tomar la red ferroviaria de alta velocidad española como ejemplo para desarrollar la suya propia.
2. Abundante capital humano competitivo. Gran parte de la población española son jóvenes y la mayoría son estudiantes universitarios. la inserción de este grupo de personas a la vida laboral a la hora de contratarlos supone un coste medio inferior frente al coste de otros países como Alemania.
3. Tejido empresarial competitivo a escala mundial. Las empresas españolas han llevado a cabo un intenso proceso de internacionalización en las últimas décadas, convirtiéndose en el motor del crecimiento económico. Las empresas españolas son líderes mundiales en sectores clave como las energías renovables, la gestión de las infraestructuras, alta velocidad, biotecnología, tecnología naval, tecnologías medioambientales o sistemas aéreos y espaciales, entre otros. En la actualidad se pueden encontrar compañías españolas establecidas o dando diferentes servicios en cualquier lugar del mundo: el aeropuerto con mayor tráfico mundial lo gestiona una empresa española; muchas líneas de metro de grandes ciudades extranjeras son construidas y gestionadas por sociedades españolas, y un tercio del tráfico aéreo mundial se gestiona con sistemas desarrollados e implantados por una empresa española, así como el 100% del cielo alemán.
Hay sectores que podrían actuar como motores del crecimiento como los siguientes:
1. Sectores de bienes exportables. Dentro de este grupo se incluyen los subsectores de manufacturas (es española la mayor corporación del mundo del sector textil) y ciertas actividades extractivas, tales como la agricultura, pesca (en el cual, para poder hacer frente a la elevada demanda de productos pesqueros hizo necesario el desarrollo de pesquerías en aguas exteriores y caladeros lejanos) y minería.
2. El turismo. Las razones más importantes que hacen a España ser un país turístico, son sus playas, el abundante patrimonio artístico del país y la variedad de ofertas gastronómicas, además de ser una de las naciones más ricas en patrimonio cultural del mundo. El turismo le reportó a España 52.525 millones de dólares durante el año 2010, lo que la situó en segunda posición en ingresos económico. el 84,3% de todos los turistas vienen a España por razones de ocio o de vacaciones.
Servicios locales y empresariales. El 8,4% de las empresas españolas desarrollan su actividad en el sector de la industria, el 13,3% en la construcción, el 28,1% en el comercio y el 50,2% en los servicios. Estas empresas contribuyen en un 14,2% al valor añadido de la economía española.